lunes, 23 de marzo de 2009

¿Y TÚ….ERES NECIO? por MARA

A través del tiempo muchos hombres y mujeres por su capacidad intelectual, habilidad en los negocios, su esfuerzo, etc., han acumulado muchas posesiones y han contemplado su futuro con satisfacción pensando que tendrían muchos años para disfrutarlos. Pero su jubilación ha durado poco tiempo porque la muerte se presenta prematuramente.

La biblia nos relata una historia similar en Lucas 12:16-20:

-El terreno de un hombre rico le produjo una buena cosecha. Así que se puso a pensar: ¿Qué voy hacer? No tengo dónde almacenar mi cosecha”. Por fin dijo: “Ya sé lo que voy hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes, donde pueda almacenar todo mi grano y mis bienes. Y diré: Alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come, bebe y goza de la vida.” Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te van a reclamar la vida. ¿Y quién se quedará con lo que has acumulado?”

Dios llamó NECIO al hombre de la parábola por:

1.- Haber puesto todo su empeño en lograr solo bienes materiales, sin preocuparse por los bienes espirituales, que son los que se disfrutan eternamente.

2.- Creer que su alma le pertenecía para disponer de ella a su gusto, sin tener en cuenta su responsabilidad para con Dios.

¡Ten cuidado! Tu alma te fue dada por Dios, no para fines egoístas, sino para honrarle a El. No cometas el error de creer que tienes muchos años por delante para vivir en pecado y placeres mundanos. Nadie sabe lo que traerá el día de mañana.

Recuerda que la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes que posee. (Lucas 12:15)

jueves, 5 de marzo de 2009

José, más que un soñador por Rut Castellanos Percastre

En este artículo Rut nos lleva a una segunda reflexión de la vida de José, mejor conocido como “José el Soñador”, considero que estas palabras que Rut nos comparte son valiosas porque nos exhorta a no ser únicamente soñadores sino hacedores. Dejo a su consideración y comentarios ésta aportación. En estos días Rut se va a Rumania, país en el que ella se preparará para servir de mejor manera al Señor, desde este lugar la bendecimos, esperando que nos siga escribiendo y contando sus experiencias en aquel país.



José, más que un soñador


Creo que la mayoría de nosotros/as hemos identificado a José como el simple soñador a quien sus hermanos vendieron para ser llevado a Egipto. Sin embargo, después de años de haber leído esta historia, tuve la oportunidad de releerla y estudiarla a consciencia, de esta forma pude ver cosas que antes pasaron desapercibidas, y es lo que les quiero compartir en esta ocasión.

Para comenzar debo reconocer que, desconocía que él fue considerado el último de los patriarcas que le dieron vida a la nación hebrea por el lugar estratégico al que Dios le llevó para solventar la necesidad alimenticia y para resguardar al pueblo de Israel durante el tiempo en que se multiplicaron, hasta llegar a ser una nación grande y fuerte.

Al leer detenidamente pude identificar que hay siete etapas importantes en su vida y una enseñanza ejemplar para nosotros: (Gén. 37-50).

I. Como hijo de Jacob

II. Vendido a los 17 años

III. La casa de Potifar

IV. En la cárcel

V. Segundo de Faraón

VI. José y sus hermanos

VII. Jacob desciende a Egipto

De estos períodos podemos rescatar varios puntos para nuestra edificación pero me enfocaré solamente en la enseñanza general que me dejó este pasaje bíblico.

Lo primero que me llamó la atención es ver que José a largo de toda su vida fue un hombre íntegro, lleno del amor de Dios y de su Espíritu, a pesar de las dolorosas y aparentemente “injustas” situaciones que pasó, permaneció en las manos del Señor para ser moldeado y cumplir el propósito y los sueños de Dios en su vida, pues Dios ya tenía preparado para él grandes planes, pero antes era necesario que pasase por todas esas tragedias, que Dios encaminó para bien, a fin de preservar vida a toda una nación, el pueblo escogido.

Es importante mencionar que aun cuando pasó por situaciones complicadas y duras, primero, cuando sus propios hermanos le querían matar, para finalmente ser vendido y llevado como esclavo a Egipto, un país extraño, con otras costumbres, otros dioses, y otra lengua, todo esto cuando él tenía tan sólo 17 años. Después de esto, fue acusado injustamente por la esposa de Potifar quien trató de seducirlo, y entonces fue llevado a la cárcel donde permaneció al menos dos años. Con todo esto que le pasaba, cualquiera en su lugar hubiese levantado queja contra Dios, o pensar que ya se había olvidado de él, o enojarse contra él, o sumirse en la tristeza o depresión, sin embargo, nunca hizo tales cosas, antes bien, puso su esperanza y confianza en Dios.

La Biblia no lo menciona expresamente, sin embargo estoy segura que José, tenía una vida de comunión y oración con Dios, y es ahí donde recibía la fuerza necesaria para enfrentar todo lo “malo” que le pasaba. Además veo que, a pesar de que él vivió en un país que era en gran manera idólatra y aun estando rodeado de sus ídolos, él jamás dobló su rodilla ante ellos, ni fueron motivo para que se hubiese alejado de Dios ni siquiera por un momento. Lo anterior parece fácil, pero no lo es tanto si consideramos su contexto, ya que el vivía solo, en un lugar donde nadie profesaba sus propias creencias, por lo que fácilmente pudo haber dejado atrás sus convicciones de la infancia y adolescencia para seguir lo que todos hacían, pero NO, él decidió no hacerlo, sino que siguió en el camino que su padre Jacob le había enseñado, y le creyó a Dios. Veo que esto sólo puede suceder si hubo amor, si hubo una relación de amor con Dios, que le haya permitido estar firme, y eso fue lo que le ayudó a permanecer firme, fiel, íntegro y apartado para Dios.

Recordemos también que cada que se veía frente a una situación difícil y trágica, la Biblia nos menciona que Dios estaba con él (Gén. 39:2 y 21), y le daba gracia ante los hombres pues éstos percibían que Dios estaba con él. No era necesario que hablará mucho, sus actos mismos y su estilo de vida consagrado a Dios era evidente ante los hombres (Gén. 39:3; 41:38) lo que nos confirma que Dios estuvo con él todo el tiempo, sosteniéndole con su diestra poderosa.

Otro aspecto a destacar de José, es que siempre reconoció a Jehová en su vida y en todo lo que hacía, siempre le dio el reconocimiento debido a su nombre. Esto lo vemos especialmente cuando interpretaba los sueños de sus compañeros en la cárcel y también del faraón (Gén. 40:8; 41:16).

Una enseñanza para aplicar a nuestras vidas, la vemos cuando José tuvo un corazón lleno de amor, que sabía perdonar sinceramente, y que apreciamos cuando éste pasó por alto las ofensas y actos malvados que sus hermanos cometieron contra él. Perdonar muchas veces es difícil, pero es una decisión nuestra hacerlo, que sí podemos lograr cuando nuestro corazón está inundado del amor de Dios y de su misericordia. Continuando con José, vemos que él perdón fue tan genuino, que incluso pudo consolarlos, besarlos, y aun los sustentó a ellos y a sus familias (Gén. 45:25; 50:21).

Finalmente vemos no se menciona en la Biblia falta alguna de él, pues tenía un corazón conforme al de Dios. Y aunque su vida pudo haber sido una tragedia y tener pretexto de volverse atrás, decidió permanecer fiel a Dios, dejándose moldear para así convertirse en pieza clave en el plan de Dios, la promesa dada a sus padres.

En resumen vemos que José fue más que un simple soñador, antes bien fue todo un ejemplo de integridad, de perdón y un siervo de Dios fiel, que vivió y permaneció en la presencia de Jehová. Manteniendo en toda circunstancia un estilo de vida ejemplar ante los demás. Para lo cual fue indispensable que haya tenido temor de Dios en su corazón y una comunión con el; elementos que nosotros como hijos/as de Dios debemos desarrollar también. ¡Seamos más que soñadores, hacedores!