domingo, 21 de junio de 2009

CONTRADICCIONES por MARA

Estando en un congreso de jóvenes en la Sierra de Hidalgo hace algunos meses, llamo la atención una hermosa niña de nombre Galilea, impresionaba la pasión y la entrega en la adoración, y recordé la historia narrada en Marcos 10:13-22:

Empezaron a llevarle niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. Cuando Jesús se dio cuenta, se indignó y les dijo: “Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quien son como ellos. Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, de ninguna manera entrará en él”. Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos.

Cuando Jesús estaba ya para irse, un jóven llegó corriendo y se postró delante de él.
-Maestro bueno- le preguntó-, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?
-¿Porqué me llamas bueno?- respondió Jesús-. Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: “No mates, no cometas adulterio, no robes, no presentes falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre”.
-Maestro – dijo el hombre-, todo eso lo he cumplido desde que era joven.
Jesús lo miró con amor y añadió: -Una sola cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás el tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.
Al oir esto, el hombre se desanimó y se fue triste porque tenía muchas riquezas. (NVI)

Son dos historias opuestas, los niños sin hacer nada, Jesús los abraza, los consuela y los bendice, ellos solo RECIBEN, ellos son DEPENDIENTES.

El Joven que lo tenia todo, llega corriendo porque no había satisfacción, sentido ni significado en su vida, se postra en una posición religiosa, porque realmente no dobla su corazón. Muchas veces hacemos las posturas que creemos, pensando en como nos ven los demás, pero lo importante es el corazón. El Joven quería negociar la vida eterna, cuando esta es un regalo, nuestras obras, nuestros bienes no compran la vida eterna. No puedes confiar en tus propias fuerzas. Visualizó a este joven mariado en un mundo de apariencia, donde todo se justifica. Pero Jesús le amo y le dice que entregue todo en lo que confía para tener mas tesoros, pero el se fue triste, y seguramente siguió con su vida sin sentido. Cuando conoces al dueño de todas las cosas el también te da el don de disfrutarlas en abundancia. El hombre fue INDEPENDIENTE y trató de comprar la salvación. Pensamos que podemos vivir independientemente pero es mentira. ¿Qué tan lejos puedes llegar a ser? El corazón nunca está satisfecho. Cristo lo da todo y gratis, solo tienes que recibirlo y depender de Él.

“Yo soy la vid y ustedes son las ramas.
El que permanece en mí, como yo en él,
Dará mucho fruto; separados de mi
No pueden ustedes hacer nada”
Juan 15:5 (NVI)

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